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SANTIAGO.- Los impacientes gritos de los miles de chilenos que durante estos días han seguido sus aventuras finalmente cumplieron su objetivo: finalizaron la siesta que la "Pequeña Gigante" estaba tomando en el sector de Plaza Italia durante esta tarde, para completar la que sería su última caminata en las calles santiaguinas.La marioneta se levantó de su reposo al ritmo de las miles de palmas que aplaudían su despertar, un júbilo que contrastaba con la furia del "rinoceronte escondido", que más temprano había sido capturado por la niña de 5,5 metros.
La niña, con su objetivo ya cumplido tras haber controlado al desorientado rinoceronte que había dejado destrozos en Santiago, se montó sobre un microbús que la esperaba junto a su inseparable maleta de viaje, aquella que la acompañó todas las noches mientras dormía en distintos puntos de la capital.La gente emocionada, incluso con pancartas o cintillos alusivos a la niña, la despidió mientras la marioneta partía rumbo a Valparaíso, desde donde definitivamente dejará el país.