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sábado, octubre 15, 2005

Padre Alberto Hurtado

Alberto Hurtado Cruchaga nació en Chile, en la ciudad de Viña del Mar el 22 de Enero de 1901, en una familia muy cristiana y unida. Cuando sólo tenía 4 años murió su padre, quedando su madre Anita, sola a cargo de su cuidado y al de su hermano Miguel.En 1909 entró al Colegio San Ignacio, donde se distinguió por ser buen compañero, alegre, comunicativo y muy piadoso.Con gran generosidad ocupaba su tiempo libre en visitar y ayudar a los más necesitados. Terminado el colegio estudió leyes en la Universidad Católica, trabajando al mismo tiempo para ayudar a su madre, pero su vocación era otra: ser sacerdote. Largas horas rezaba para poder realizarla y Dios oyó su oración, su madre recibió un dinero que se le adeudaba y con el cual podría vivir tranquila.Cuando su hijo le comunicó su decisión de hacerse sacerdote Jesuita, ella aceptó con alegría. Entró entonces al noviciado y después de largos estudios y pruebas, fue ordenado sacerdote en 1933, en Bélgica.Regresó a Chile, donde se dedicó de lleno a sus alumnos del colegio, a los cuales no sólo enseñaba sino que dirigía espiritualmente.Fue un gran educador de juventudes.
Una noche el Padre Hurtado encontró un pobre, enfermo y miserable, que no tenía donde ir; otra noche vio a un grupo de niños abandonados que dormían bajo los puentes del río Mapocho; quiso ayudarlos. Reunió personas generosas que dieron lo que tenían: dinero, joyas, terrenos, etc... Y así fundó lo que sería y es su gran obra: "El Hogar de Cristo".Con incansable amor, él salía en su camioneta verde a recoger a los pobres y a los niños para llevarlos al Hogar a tomar leche caliente y dormir en una verdadera cama... En cada necesitado veía a Cristo sufriente.Más tarde fundaría talleres para darles educación y capacitarlos en un trabajo digno. Entre sus muchas actividades también están sus publicaciones y conferencias sobre el sacerdocio, los problemas de la adolescencia, el catolicismo, la educación y el orden social, fue, además fundador de la Revista Mensaje y de las Acción Sindical Chilena.
Un día cayó enfermo de cáncer, hospitalizado y con muchos dolores, nunca se quejó. Aceptaba la voluntad de Dios y repetía: "Contento, Señor, Contento".El 18 de Agosto de 1952 el Señor se lo llevó junto a Él.

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