Historia del muérdago, una planta mágica
El muérdago es una planta llena de simbolismos sobre la que existen multitud de historias y leyendas. El historiador romano Plinio contó en su Historia Natural cómo el muérdago era utilizado ya por los antiguos sacerdotes y magos celtas, que la consideraban una planta mágica. Su recolección se desarrollaba siguiendo un complejo ritual que incluía unas fechas muy concretas de recogida, siempre próximas al solsticio de invierno, y la utilización de unas herramientas específicas, generalmente una hoz de oro. Una vez cortado, se colocaba el muérdago en una prenda blanca evitando que tocara la tierra o cayera al suelo. Algunas leyendas atribuyen poderes mágicos a esta planta basándose en que fue creada como un elemento que no provenía ni del cielo ni de la tierra, puesto que sus raíces no tocan nunca la tierra, pero tampoco se sostiene por sí mismo en el aire. De aquí surge la costumbre o tradición de recogerlo sin que caiga al suelo, y de colgarlo del techo.
El uso del muérdago en la cultura celta
Los celtas utilizaban esta planta para una amplia diversidad de aplicaciones: para protegerse de los rayos, de la maldad, de las enfermedades, para curar heridas o para ayudar a las mujeres en la concepción. Lo consideraban además un símbolo de paz y un potente amuleto protector. Con él se confeccionaban guirnaldas con las que se adornaban las puertas de las casas y que servían para proteger a sus moradores de espíritus maléficos y para evitar visitas indeseadas. Desde entonces se consideró el muérdago una defensa contra brujas y demonios, y se extendió la costumbre de colocar unas ramitas en las entradas de los hogares.
El muérdago y los besos: una tradición de Navidad
Hay quien opina que la vinculación entre el muérdago y los besos surge del hecho de que la puerta de entrada a la casa es el lugar de intercambio de besos con las visitas. Fuera éste u otro su origen, estas tradiciones en torno a la planta fueron transmitidas a los anglosajones, entre los que se estableció la costumbre de utilizarla para presidir en las casas las fiestas de Navidad y Año Nuevo, por lo general colgándola del techo. Se consideraba que traía buena suerte y, además, se popularizó la costumbre de que el chico que sorprendía a una chica bajo el muérdago podía besarla. Si el beso se producía en Nochebuena, la mujer besada encontraba el amor buscado o conservaba el que ya tenía. Si el beso se producía entre una pareja, ésta era obsequiada con el don de la fertilildad. Esta tradición fue recogida por Charles Dickens en su novela Los papeles póstumos del Club Pickwick.
El muérdago: una planta que crece a expensas de otras
El verdadero muérdago responde al nombre en latín de Viscum album, y es una planta semiparásita que se caracteriza por sus tallos articulados y su coloración siempre verde. Su fruto es una baya pequeña, traslúcida cuando madura a finales del otoño, de color blanco rosado e interior viscoso, y comestibles.
Al crecer, esta planta puede llegar a medir hasta un metro y se desarrolla sobre las ramas de diversos árboles, principalmente de hoja caduca como manzanos, álamos, sauces, abedules, tilos, hayas y nogales. Sus frutos sirven de alimento a muchas aves como mirlos o tordos, que son las encargadas de diseminar sus semillas.
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